viernes, 16 de agosto de 2024

"HISTORIA DE VIDA"-14: "CON DOLOR CRÓNICO NO HAY PROSPERIDAD"-Una cruel realidad para muchos seres humanos

Hola!!!

En mi última entrada escribí sobre el tema de la prosperidad en general. Ahora quiero escribir una breve entrada sobre el impacto de la pérdida económica en una persona que enfrenta dolor crónico.

En determinado momento, no pude trabajar más. Simplemente, no pude. Los médicos no veían daño en mi organismo. En esa época, no se tenía en cuenta que podía haber dolor sin daño. Ahora, hay investigaciones avanzadas en ese sentido, pero, en Argentina, muchas patologías que implican dolor y/o fatiga persistentes, aún no tienen reconocimiento. 

Ningún médico me firmó una licencia laboral, y, tuve que renunciar a mis empleos. ESTUVE TRECE AÑOS SIN PODER TRABAJAR.

Esto tuvo un fuerte impacto en mi economía. Huguito era el único que trabajaba. Tenía tres empleos para poder solventar los gastos. Y, esto, considerando que no alquilábamos. Los hospitales públicos y obras sociales no nos daban respuestas. En esa época, les recuerdo que no había internet. Entonces, cuando veíamos algún médico por TV que nos parecía confiable, llamábamos para concertar una cita.

Estos médicos, convencionales y alternativos, cobraban muchísimo dinero. Y, sus tratamientos también eran muy caros. Los medicamentos que administraban eran carísimos para nuestros escasos recursos; y, siempre resultaban ineficaces, además. HUGUITO TENÍA UN AHORRO EQUIVALENTE AL VALOR DE UN DEPARTAMENTO QUE GASTÓ ÍNTEGRAMENTE EN MIS TRATAMIENTOS. Y, digo GASTÓ, porque fue un gasto, y, no una inversión, como debería haber sido en caso de salud. La mayoría de estos especialistas eran vendehumo, como tantos otros de hoy en día. Pero, ahora hay sobreinformación. Yo puedo acceder a ver el CV de cualquiera que me ofrezca una "cura mágica" y evaluar con mi intuición y mi sentido común, y, además, con mi experiencia.

Mientras tanto, la gente disfrutaba del "Uno a uno" (1 peso=1 dólar). Se compraban sus casas, sus autos, se iban de vacaciones a Europa... Huguito y yo estábamos en un pozo de amargura. No veíamos salida.

Más adelante contaré cómo salimos de esta situación y pudimos prosperar.

Pero, por favor, les pido a quienes me lean, que tengan en cuenta que esta es la realidad que tienen que enfrentar las personas que presentan estas condiciones en Argentina y en muchos países del mundo. Son enfermedades incapacitantes, que, a la mayoría de los pacientes, no le permite trabajar. Y, muchas veces, los médicos no las tienen en cuenta, aún hoy, como ya dije. Esto dificulta conseguir el Certificado Único de Discapacidad (CUD) y acceder a derechos y prestaciones. No a "beneficios" o "planes". Son derechos. No se trata de personas vagas o aprovechadoras. Se trata de personas ENFERMAS

Todos los días escucho experiencias de este tipo en personas afectadas que tienen que pasar por estas penosas vivencias. 

Así que, sí, no solo se pierde la salud física. Estas complejas y multifactoriales condiciones impactan en todos los aspectos de la vida, incluso en el económico. 

YO SIEMPRE FUI UNA PERSONA MUY TALENTOSA EN DISTINTAS ÁREAS. Y, SIN EMBARGO, NO PUDE DESARROLLAR TODO MI POTENCIAL POR LAS LIMITACIONES QUE ME IMPUSO ESTA ENFERMEDAD.

Escribí esta entrada para visibilizar la cuestión, no para justificarme. No necesito justificarme ante nadie porque nunca hice nada malo. Al contrario, me considero un ejemplo de resiliencia y empatía. Y, esto no es soberbia. Aprendí a reconocer mis fortalezas y a autovalidarme.

Recuerden que en la barra lateral derecha de la página de inicio del blog (versión PC) se encuentra el mail de contacto para unirse al grupo "Dolor Anónimo", donde nos damos mutuo apoyo. Es gratuito y confidencial. Les pido difusión. Gracias.

Cariños...



El dolor y las pérdidas


2 comentarios:

  1. Real y desgarradora vivencia de una lucha por estar sana y un alado cuidador valiente y digno de tan magna misión. Brutal ejemplo para los cobardes que elijen ser distraidos del sufrimiento de un ser querido

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  2. Hola, Anónimo. Así es. Es lamentable, pero real. Solo una persona estuvo siempre a mi lado en esos años tenebrosos. Todo el resto miró hacia otro lado. Incluso, los miembros más cercanos de mi familia, quienes, además del deber moral, tenían la obligación legal de ayudarme, dado que Huguito y yo no estamos casados. El bienestar económico de quienes no nacimos en cuna de oro depende de nuestro trabajo. Y, cuando no se puede trabajar, te golpea esta dura realidad. Gracias por leer y comentar. Abrazo.

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