"HISTORIA DE VIDA"-6-Primera vez que un médico dudó de mi honestidad y de la descripción de mis síntomas

Hola!!!

Continuaré compartiendo sobre mi experiencia de vida con dolor crónico.

La primera vez que consulté con un traumatólogo por la tortícolis persistente, ya que noté que no remitía sola, lo hice con serenidad, sin pensar en algo serio, irreversible o crónico. Acudí al hospital donde habitualmente me atendía, el Hospital Francés, de Buenos Aires, Argentina,  y,  pedí turno con mi traumatólogo de confianza, el Dr. Rijavec (no recuerdo su nombre de pila). Como mencioné anteriormente, era bailarina clásica, por lo que solía tener lesiones y acudir a este traumatólogo (y otros) era relativamente habitual. Generalmente, me indicaban sesiones de kinesiología. Y, estas funcionaban.

El doctor me derivó a Rayos X para que me hicieran placas de columna cervical y me dijo que tenía fuertes contracturas debido a mi columna cervical rectificada. A los 15 años, había tenido un accidente jugando con mi hermana: caí de cabeza y mi cuerpo se fue hacia adelante. En ese momento, me diagnosticaron escoliosis dorsolumbar, y cada tanto, me contracturaba, aunque usualmente más abajo en la columna. Ahora, el dolor estaba muy centralizado en la zona cervicobraquial, y era muy intenso y constante.

El doctor me indicó antiinflamatorios, que no quise tomar. En ese momento, para mí, era muy importante no tener que depender de fármacos. Carecía de cualquier postura controversial acerca de la industria farmacéutica: simplemente, consideraba que no tomar medicamentos equivalía a llevar una vida sana, y, no me cuestionaba, que, en algunos casos, los fármacos son muy necesarios. Sí asistí a 10 sesiones de kinesiología, que se convirtieron en 20 y luego en 30, sin ningún resultado. Entonces, el traumatólogo me dijo que debía consultar con un psiquiatra y me explicó lo que era una enfermedad psicosomática. Le dije que no era lo que yo sentía, que debía haber algo más. Así comenzó la invalidación, la falta de credibilidad y la ausencia de escucha activa que experimenté en el sistema de salud a lo largo del resto de mi vida. A excepción de muy pocos profesionales, que son maravillosos.

Le dije, que, según la explicación que él me estaba dando sobre lo que era una enfermedad psicosomática, eso no era lo que yo sentía. Que mis síntomas eran muy intensos y yo no sentía ningún problema de salud mental. ¿Acaso no sabemos todos lo que sentimos o no sentimos en nuestro interior? Pero, el Dr. Rijavec, seguía enfocado en su postura y diagnóstico y no me escuchaba. Incluso, le manifesté los síntomas coincidentes con una mononucleosis que había tenido el año anterior. Pero hizo caso omiso de esta información.

Ya comenté que mi familia era muy disfuncional: mi síntoma no era registrado por ellos y salí del consultorio muy angustiada, sabiendo que solo iba a encontrar soledad y desamparo. Precisamente, en la disfuncionalidad de mi familia, se basaron los equivocados diagnósticos posteriores. Algo que me estigmatizó e invalidó aún más.

¿Alguna vez sentiste incomprendido/a por un profesional de la salud? ¿Cómo manejaste la situación? Si te identificás con esta historia o conocás a alguien que podría beneficiarse de esta información, te invito a compartir este artículo. Es crucial que las condiciones médicas poco conocidas sean visibilizadas para mejorar la comprensión y el apoyo hacia quienes las padecen.