La cosa empezó así: era 1991; yo tenía un trabajo mediocre, llano y obtuso. Por motivos que desconozco me despidieron. No quise saber por qué. Pero me sentí muy angustiada, porque yo había trabajado poco tiempo ahí, pero nunca cometí ninguna irregularidad. Esa noche, al regresar de una clase de danza clásica (yo era bailarina), viajando en colectivo, comencé a sentir un dolor en el pecho, del lado izquierdo. No pensé nada en particular en ese momento, pero estaba asustada. Porque sabía que era PELIGROSO contar en casa que había perdido el trabajo. Mi mamá ganaba buen dinero como peluquera. Mi padrastro era propietario de una metalúrgica; pero "necesitaban" mi dinero. Yo tenía la obligación de aportar plata a la casa. Así lo percibía. Así me lo exigían. Estaba ATERRORIZADA. Como si alguien se fuera a morir de hambre. Como si tuviera que ir a vivir debajo de un puente.
Ese era el clima violento que yo vivía desde los dieciséis años, edad en la que mi mamá formó pareja con este hombre. La cosa había empezado mal desde el vamos. La mamá de este hombre no quería que él tuviera una pareja con hijos; mi mamá tenía tres hijos: yo era la mayor (y aún lo soy, obvio). Pero nos negaba. Esta señora, la mamá de la pareja de mi mamá, nunca se enteró de que ella tenía hijos, de nuestra existencia. ¿Qué madre permite eso? Recuerdo días de frío que, mientras mi mamá iba a buscar a este señor, nosotros tres esperábamos congelados en una esquina hasta que ellos aparecían con el auto. Recuerdo que mi abuelo se enojaba mucho por esto. Mi abuela, en cambio, defendía a mi mamá y decía: "¿Y quién la va a aceptar con tres hijos?". Cuando la mamá de este hombre se enfermó, mi mamá la iba a cuidar; mis abuelos peleaban porque mi abuelo opinaba que ella, como madre, debía cuidar a sus hijos y él tenía dinero para pagar una enfermera. Así comenzó la situación.
A todo esto, mi papá nos había abandonado cuando éramos muy chiquitos, y, por lo general, estaba ausente, con ocasionales "reapariciones estelares". Nunca le importamos sus hijos. Así de simple.
Hice esta restrospección para ponerlos en contexto. Haré una continuación, y, luego, retomaré el tema de la manifestación de mi enfermedad.
Gracias por leerme.
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